lunes, febrero 12, 2007

Algo

Verse en un cuadrado. Trazar diagonales y rectas de un extremo a otro.

Sobre el plano proyectar curvas, Levantar arcos. Dibujar rombos, incluso triángulos.

Delinear objetos, juntar figuras, intersectar rectas.

Pasar de la geometría a la matemática, cinco dedos, se transforman pronto en diez, y en un gesto de pasión se vuelven solo uno. Voltearse y dibujar números.

Salirse del plano, y explorar los relieves. Trazar espirales con las lenguas, llenar cavidades tubulares, unir cuerpos, creando armonías.

Hacer simetrías de objetos asimétricos.

Encontrar cimas, trepar por ellas con la lengua, cobijarlas con las manos. Multiplicar los gemidos, sumar latidos, como una línea infinita. Generar un caos de piernas, manos, lenguas, besos, pechos…

Buscar un fin, un signo igual, un orden. Seguir la simple geometría de los cuerpos. Aplicar algo de física elemental, acción y reacción. También ir en contra de la gravedad, atentar contra ella, gracias a movimientos imposibles. Rasgar las superficies, morderlas. Lamer la piel. Oscilar entre el placer infinito y la efímera unión de los cuerpos.

Terminar en un concierto de gemidos que no caben en ninguna ecuación.