viernes, abril 27, 2012

Desperté invadida

Durmiendo las muy escasas horas de sueño asignadas para mi esa noche, nada llegó desde el mundo regido por Morfeo, pero antes de abrir los ojos una mirada y una sonrisa aparecieron en mi memoria. Imposible no querer retenerlos, así que hundiéndome en la cama, llamé por unos minutos más de ese reino, para ver si allí se encontraba el dueño de esa sonrisa. Pero en el sueño no estaba. Solo durante el instante antes de abrir los ojos y despertar, se hacia presente, en unos mezquinos segundos. Y así parecía habitar esa tierra de nadie, en donde no se es sueño ni realidad, donde no es posible fijar la mirada en esos ojos, ni preguntar la razón de esa sonrisa malévola. Solo quedarse con las conjeturas. Con el llamado, con el sabor de los besos que no pueden ser.