jueves, mayo 28, 2009

Este no es mío...es de Oliverio Girondo

POEMA 12 Se miran, se presienten, se desean, se acarician, se besan, se desnudan, se respiran, se acuestan, se olfatean, se penetran, se chupan, se demudan, se adormecen, se despiertan, se iluminan, se codician, se palpan, se fascinan, se mastican, se gustan, se babean, se confunden, se acoplan, se disgregan, se aletargan, fallecen, se reintegran, se distienden, se enarcan, se menean, se retuercen, se estiran, se caldean, se estrangulan, se aprietan se estremecen, se tantean, se juntan, desfallecen, se repelen, se enervan, se apetecen, se acometen, se enlazan, se entrechocan, se agazapan, se apresan, se dislocan, se perforan, se incrustan, se acribillan, se remachan, se injertan, se atornillan, se desmayan, reviven, resplandecen, se contemplan, se inflaman, se enloquecen, se derriten, se sueldan, se calcinan, se desgarran, se muerden, se asesinan, resucitan, se buscan, se refriegan, se rehuyen, se evaden, y se entregan.

domingo, mayo 24, 2009

Versus

Se me llena de preguntas el alma, mientras una voz me dice que no piense tanto, que para qué. Y si no la oigo, es porque no puedo, de dónde saco la energía para ser otra, para no pensarlo y repensarlo. Para evitar darlo vuelta y desmenuzarlo, para abrirme paso entre las sensaciones, el miedo y la razón que me ayuda a bancarme lo que sea que venga. Nada de eso parece tener asidero en una noche demasiado clara para temerla. Pero así es, me tengo algo de miedo, por esta otra que soy a veces, tan valiente y gustosa de besar bocas nuevas sin más preámbulos ni seguros. Esa otra que se arriesga sin garantías de nada. Que se da poco o mucho sin pensar en amaneceres. Esa que no escatima cercanías, ni verdades ni sonrisas. Me agrada ella. Pero recién la estoy conociendo. Recién la dejo salir y guiar, aventurarse a ver qué encuentra. La dejo ser guiada por mis anhelos. Mis apetitos. Y ella mira, observa y no teme. Y nos deja envolver por miradas, por suaves arrullos, por brazos hambrientos, por manos curiosas, por sonrisas malévolas. Y así es ella, responde a todo con sonrisas traviesas, saboréandolo todo. Y yo me guardo esos sabores en la memoria para alimentar a los anhelos que habitan mis días, y dibujar una sonrisa silenciosa.

domingo, mayo 03, 2009

Era feliz

Mientras se columpiaba en la baranda, contemplando alegre a los otros que como ella, retozaban en la terraza.

En unos instantes partirían a comprar los ingredientes necesarios para el tardío almuerzo pos noche de copas, asado y risas. Nada mejor que un cocimiento hecho por manos amigas para alargar la risa que surcaba su rostro durante todo el fin de semana.

Y luego de llevar los marinos elementos, y de que manos sabias los combinaran en la olla, ponerse a esperar, con el fuego y las conversaciones calentando el húmedo día de otoño en la playa.

Nada más que desear. Por unos instantes al menos.

Claro, porque la felicidad que la rodeaba, llenaba en esos instantes todo el espacio de la tristeza. Tristeza por su tía, cuyas cenizas habían comenzado su viaje hacia el infinito en esa misma playa, y también por aquellos amores que terminaron en sequía e incluso por aquellos que no pasaron de ser una hipótesis por confirmar, tristeza por todo lo que deseaba y no podía alcanzar. Todo eso quedaba silenciado por la compañía, las palabras, la confianza compartida y la brisa que la besaba y le robaba los besos que guardaba intactos desde hace algún tiempo.

Y así transcurría un almuerzo más, con el vino acompañando sus últimos instantes en la playa.

Y así el viaje de regreso fue confortable, sola en el bus, se sentía llena, no solo por el hermoso almuerzo sino también por la exquisita dosis de amistad que la había abrazado durante esos días.

Ahora volvía hacia sus otros afectos, hacia el abrazo de su niña Luna.