martes, agosto 12, 2008

Una confesión

Confieso haber errado buscando el amor, sin darle tregua ni esperas.

En el camino, he dejado unos corazones rotos que aún me penan, acciones que deambulan en mi conciencia.

Una de esas personas, me hizo cerrar mi blog, ya no soportaba sus palabras, pretendiendo una cercanía que se desvaneció hace más de una década. No soportaba el resentimiento de su corazón maltrecho.

Creo que no es el único que ha quedado así después de mí… y sé que llevo ese Karma y que, probablemente, nunca pueda reparar el daño hecho.

Siento que quizás ya tuve todo el amor que merecía, y que en alguno de quienes fueron mis amantes, amigos amores, estuvo aquél que era para mi… y lo dejé partir. No lo sé.

Estoy agradecida, porque sé que me han amado, y que he podido amar…

Pero, últimamente, creo que me retiro de mi búsqueda. Ahora voy a tratar de llenarme de otras cosas. El romanticismo vendrá de la mano de una buena película o un buen libro…creo que incluso mi cuerpo me lo está diciendo…ya no deseo como antes. El último fuego se extinguió hace meses tras una invitación fallida.

Ha llegado mi tiempo de vivir conmigo misma. De evitar huir en los brazos de un hombre, de buscar que me llene con su ser, cuando soy yo la que debo llenarme.

De esperar que me amen y me vean, cuando aún no soy capaz de hacerlo por mi misma.

Quiero abandonar la búsqueda. Quizás me transformaré en la tierra indómita que alguien quiera y venga a conquistar, o permaneceré inmutable y solitaria, recibiendo los oleajes del tiempo.

1 comentario:

Lovage dijo...

No creo que sea la mejor forma de vivir, es decir, está bien dejar de buscar, una se cansa también, pero veo en tus letras un cerrar las puertas y eso no está bien, eso creo.
Jamás hay que cerrar las puertas.
Te quiero