viernes, marzo 14, 2008

Recordar el empoderamiento

Aún siento que las demandas a las mujeres son mucho más altas. Que la lupa está siempre puesta para juzgar nuestras conductas.

Y que la mirada que hacen de ellas es la menos favorable. Mucho más quisquillosa, mucho más taxativa.

Y no estoy hablando de política, sino que de mi cotidianeidad, de lo que me rodea. Con eso ya abundan los argumentos.

Pero esta es un arma tan tramposa. Porque esa mirada que juzga también deja afuera muchas cosas. Ahora mismo mis ganas de hacer en la pega, han disminuido considerablemente, ¿para qué esforzarme si los ojos siempre están en lo negativo?

No creo que me pase solo a mí. Seguro les pasa a mis colegas también. Y a muchas mujeres. Y lo peor es que no es un tema solo masculino, las mujeres también nos tratamos así, algunas veces de manera aún más despiadada.

Hay estudios sobre percepción del liderazgo femenino versus efectividad y eficacia, y la verdad es que no hay relación directa. Se tiende a ver de manera distorsionada el quehacer.

Es algo así como el currículum oculto, como llamamos en educación, aquello que enseñamos sin proponérnoslo. Solo con nuestro modelo.

Para cambiar esto, hace falta una profunda mirada, un cambio de mentalidad potente.

Hacernos conscientes de esta diferencia e intentar subsanarla.

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