jueves, mayo 15, 2008

Racconto en barrio Concha y Toro

Y entonces, se sentó en el balcón del café, miró la plaza, quiso escudriñar las conversaciones de los otros que deambulaban.

Ordenó.

Volvió a mirar, pero solo recuerdos se cruzaron.

En uno de los portales, una pareja de adolescentes, sentados en el descanso, se besan.

En una banca frente a la fuente, dos mujeres conversan entrada la noche.

Al caer la tarde, dos amigos recorren las calles, ella sedienta, lo bebe con la mirada.

Una niña compra en el almacén una crujiente marraqueta que combina con una tajada de cecina. La muerde, quebrando su corteza.

Mientras el sol se escurre tras los tejados.

Traen su té. Gira la taza, la alza. Bebe.

Desde el balcón contempla la plaza. Pide la cuenta. Paga. Se comienza a levantar, toma el bastón y lo apoya.

Baja con cuidado la escalera, peldaño a peldaño.

Cruza la puerta. Atraviesa la plaza.

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