lunes, agosto 25, 2008

Contención colectiva

Si te digo que nadie tiene la razón, si te digo que todo es solo un juego de tu imaginación…no me creerías, así que prefiero quedarme callada, recibiendo algunos golpes. Trato de anestesiar el sonido palpitante del dolor que sube desde mis magulladuras

Pienso en las puertas del metro que se cierran. La presión de la gente me aplasta, haciendo que el sufrimiento se agudice como una pieza clásica llegando al climax. Nadie sabe. Pero solo la masa compacta me mantiene de pie. Solo la imposibilidad de encontrar espacio para desplomarme, me permite seguir así. Aferrada a la masa de cuerpos que, sin notarlo me sostiene. Bendito Transantiago, que contra toda verdad evidente, sirve para algo.

1 comentario:

Lovage dijo...

Jajajaja, es muy triste tu texto, pero el final es muy chistoso, como esos chistes que se tira la Isabel Allende justo cuando una está con el lagrimón por las desventuras de la protagonísta.
Estoy enamorada de tu pluma.