Mientras tú me soñabas triste yo solo he visto besos en mis sueños.
Besos sabrosos, húmedos, tiernos y sensuales.
He visto labios llenos, vibrantes y lujuriosos. Rojos, rosados.
Esculpidos en piedras y moldeados a fuego, fríos o palpitantes.
Tímidos o arrojados.
Todos ellos inagotables.
Percibí roces dulces, tenues, brutales e infinitos.
Y sentí mis labios, más ajenos que nunca, balanceándose de una comisura a otra, desde un roce suave a un encuentro profundo.
Y desde unos y otros labios, confundirme en los besos, hundirme y naufragar en ellos.
Navegar ausente de todo, en ese beso, en un movimiento perpetuo.
1 comentario:
...Ay...dolor.
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